miércoles, 22 de octubre de 2008

PERMITIR


El gran secreto de la ciencia espiritual es permitir que algo acontezca sin hacerlo. Se requiere una gran comprensión y conciencia para dejar que las cosas sucedan.

Por nuestra parte no es necesaria ninguna acción, porque hagamos lo que hagamos, sale de nuestras mentes confusas; lleva la huella de todo lo que tenemos en ella. No puede ser algo realmente profundo, porque la mente en sí misma es muy superficial.
Al ver y comprender esto, surge un nuevo enfoque... el enfoque del desprendimiento. El gran secreto de la ciencia espiritual es permitir que algo acontezca sin hacerlo. Se requiere una gran comprensión y percep­ción para dejar que las cosas sucedan. La mente sufre una constante ten­tación de interferencia. Aporta sus deseos, quiere las cosas conforme a sí misma, y ahí radica todo el problema. Somos partes diminutas de esta vasta existencia. Poseer alguna idea de lo propio es una idiotez. Es exac­tamente el sentido de la palabra idiota, literalmente... poseer una idea de lo propio.
Es como si una ola en el océano tratara de hacer algo por su propia cuenta. Es una simple parte de un vasto océano. No es ni independien­te ni dependiente. Igual que nosotros, y si lo entendemos, entonces des­aparece toda la ansiedad. En ese momento ya no queda adónde ir, no hay objetivo que alcanzar y no existe la posibilidad de fracasar o verse frustrado. Se experimenta una gran relajación... ese es el significado de entregarse, de confiar. La vida adquiere un color totalmente nuevo. Carece de la tensión que por lo general está presente. Se vive relajada­mente, tranquilo v calmado, en casa.

(Osho)

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