jueves, 11 de octubre de 2007

La lucha con uno mismo



Un viejo anacoreta o ermitaño, es decir una de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para dedicarse solamente a la oración o a la penitencia, se quejaba de tener muchos quehaceres.


La gente preguntó que cómo era posible que en su soledad tuviera tanto trabajo y él contesto:
"Tengo que domar a 2 halcones, entrenar 2 águilas, mantener quietos a 2 conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león"
Las personas se preguntaban dónde estaban esos animales que no veían.
Entonces el ermitaño explicó: "estos animales los tenemos todos los hombres en nuestro interior".

Los 2 halcones se lanzan sobre todo lo que se les presenta ya sea bueno o malo. Tengo que domarlos para que solo se lancen sobre una buena presa.
SON MIS OJOS.

Las 2 águilas con sus garras hieren y destrozan. Tengo que entrenarlas para que solo se pongan al servicio y ayuden sin herir.
SON MIS MANOS.

Los conejos que quieren ir a donde les plazca, huir de los demás y esquivar las cosas difíciles. Tengo que enseñarlos a estar quietos aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta.
SON MIS PIES.

Lo más difícil es vigilar la serpiente que se encuentra encerrada en una jaula de 32 varillas. Siempre está lista para morder y envenenar a los que rodean apenas se abre la jaula, si no la controlo, hace daño.
ES MI LENGUA.

El burro, el más obstinado, no quiere cumplir con su deber. Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día.
ES MI CUERPO.

Finalmente, necesito domar al león, quiere ser el rey, quiere ser siempre el primero sin importar a quién deja detrás, es vanidoso y orgulloso.
ES MI CORAZON

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bonito Rosita!