Estamos ahora en el mes de Piscis, también conocido como el mes de la alegría. La felicidad está con nosotros. ¿La sientes?
Si has estado estudiando Kabbalah durante algún tiempo, sabrás que la felicidad no es algo que simplemente aparece o desaparece. Es algo que tienes que crear tú mismo.
La felicidad puede ser una de las emociones más reactivas porque tendemos a pasar nuestras vidas esperando que nos pasen cosas que nos hagan felices: "Seré feliz cuando me asciendan, cuando tenga novio, cuando pierda peso". Y este es un sistema defectuoso.
Esperar a que una fuerza externa despierte nuestra alegría y felicidad es precisamente lo que impide que lleguemos a sentirlas. La felicidad es una elección que hacemos y que debemos continuar haciendo repetidamente.
¿Pero qué haces cuando las condiciones de tu vida no son exactamente dichosas? Los kabbalistas recomiendan que finjas hasta que lo sientas de verdad. En otras palabras, si no puedes encontrar la fortaleza en tu interior, despiértala desde el exterior.
Recordemos que son nuestros cinco sentidos los que nos impiden ver la Luz en cada situación o, en otras palabras, ser felices el cien por ciento del tiempo. Algunos estudios han mostrado que cuando alguien te describe una escena y tú la imaginas -la veas o no con tus propios ojos- se estimulan las mismas áreas de tu cerebro. Al cerebro no le importa si sucede en realidad o no.
De forma similar, cuando sonríes, no importa si algo te ha hecho sonreír o simplemente estás sonriendo sin motivo; el resultado es el mismo. Cuando los músculos de tu cara se contraen, se liberan endorfinas en tu torrente sanguíneo que te proporcionan esa agradable sensación. Sea cual sea la causa de esa sonrisa: la visión de tu amado o el bolígrafo que estás sujetando con tu boca como si fuera un hueso (compruébalo tú mismo), el cuerpo percibe que estás sonriendo y hace su trabajo.
Recuerda que la práctica hace la perfección. Cuanto más te pongas a ti mismo en ese estado de ánimo, más rápido llegarás a estar en ese estado. Esta semana toma la decisión de que no vas a permitir que los problemas interfieran en tu felicidad. Después de todo, este es el mes de la felicidad y la alegría.
Todo lo mejor,
Yehudá
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