sábado, 30 de junio de 2007

Busquen el silencio



Existe un silencio que subyace debajo del ruido de su mundo. Hay un silencio en el aire bajo el ala de cada pájaro, un silencio bajo cada hoja sobre el árbol, un silencio que anida profundamente en el corazón de cada flor.

Aprendan a permitir el zumbido y el crujido del mundo haciendo caso omiso de ustedes. Observen una hoja o una piedra y perciban su silencio. Vayan profundamente hacia su interior y sientan el silencio que corre a través de las venas. Sientan el silencio que está impreso dentro de cada cosa, profundamente, intensamente.

Sean como un gato, reposando al brillo del sol que se vierte a través de la ventana, profundamente en paz, relajándose por completo en este momento, este ahora mismo, ecuánime ante cualquier alboroto que ocurre en un tono más elevado.

Aprendan a transitar por debajo de la confusión y del caos y sientan la capa de silencio y paz que está allí. Justo allí, en el medio del apuro, existe un silencio, una capa a la que se puede acceder. Se abrirá para ustedes y les permitirá entrar. Mientras caminan a través del estacionamiento, encuentren el silencio en una nube que flota sobre su cabeza. Mientras van en el subterráneo, colgando de una correa y empujándose contra los otros pasajeros, encuentren el silencio que descansa bajo sus pies, una capa de silencio que corre entre los rieles, un lugar de entrada que los está esperando. Mientras conducen por la autopista, vayan al silencio que está en su interior y bajo el tarareo de los neumáticos, sientan a la carretera como una banda ancha de silencio, un río de silencio que los conduce a su destino.
(quado)

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