martes, 12 de junio de 2007

Un manantial de posibilidades




A menudo pienso que el mundo interior es como un paisa­je. Aquí, en nuestro mundo de piedra caliza, nunca se aca­ban las sorpresas. Es hermoso hallarse en la cima de una montaña y descubrir un manantial que sale de debajo de las grandes piedras. Viene del corazón de la montaña, allí donde jamás penetró ojo humano. La sorpresa del manan­tial sugiere fuentes arcaicas de conciencia que despiertan en nuestro interior. Con súbita frescura nacen nuevos ma­nantiales.

Cuando brota un manantial en la mente, surgen nue­vas posibilidades; uno encuentra en sí mismo una pro­fundidad y una vitalidad desconocidas. El irlandés James Stephens se refiere a este arte del despertar cuando dice:«La única barrera es nuestra disposición».

Con frecuencia permanecemos exiliados, marginados del mundo fecundo del alma simplemente porque no estamos dispuestos. Son muchas las ben­diciones y las bellezas próximas que nos están destinadas, pero no pueden entrar en nuestra vida porque no estamos preparados para recibirlas, nuestra falta de preparación se debe a la ceguera, el miedo, la deficiente autoestima. Cuando estemos preparados, se­remos bendecidos. En ese momento la puerta del corazón será la puerta del Cielo.
(sacado de internet)

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