sábado, 22 de septiembre de 2007

La vida un milagro



A veces, en la boca del volcán cantan ruiseñores. Cantan a la madre Tierra por su fuerza y su calor y cantan al padre Sol por haber dejado la huella de la vida en las entrañas incandescentes de la tierra.
El ruiseñor canta de noche para que los peregrinos y los viajeros de las estrellas sepan que el camino es seguro.
Cuando oigáis cantar a un ruiseñor pensad que el padre Sol y la madre Tierra están templando sus cuerdas vocales para que vosotros sintáis que la vida es algo que merece ser vivido.
La salida del brote de una semilla es un milagro y lo es porque un brote es algo muy tierno que rompe una dura cascara y yo siento que es la ternura la que puede romper las corazas del corazón más blindado.
La energía necesaria para que un brote rompa la cascara y crezca en contacto con la tierra es proporcional a la que la tierra necesitó en su día para que la vida se desarrollara en ella y de la misma forma, la unión de un óvulo y un espermatozoide, que darán lugar a un ser humano, es también similar, y el hecho de que el vientre de una mujer aloje a ese proyecto de vida es análogo al que la tierra hizo en su día. Por eso la vida no sólo es un milagro sino que también es sagrada, porque la vida de cada ser vivo es una célula del entramado cósmico o Dios.
Shaogen

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