sábado, 28 de julio de 2007

La sencillez



Todo lo relativo a dejar ir, pérdidas, liberación y finales creados a través del proceso de ascensión puede finalmente dejarnos en un espacio de sencillez. Hay cierta belleza en la sencillez. La alegría de estar ahí para mirar sonreír a un niño, contemplar a un halcón volar a través del cielo, observar un macizo de flores, ver tu caricatura favorita de Disney, deslizarte en la resbaladilla con tu nieto o tal vez sólo descubrir a una hormiga acarreando un pedacito de comida.
La sencillez nos libera enormemente para volvernos parte del momento. Nos libera para estar mucho más presentes para lo que realmente nos importa. Mientras nos ponemos fatigados y apáticos a través del proceso de ascensión, no podemos evitar caer en un estilo de vida más sencillo. Con un estilo de vida atareado, ajetreado nosotros no estamos aquí o ahí realmente. Y aunque podemos quejarnos de que la ascensión se ha llevado mucho de nosotros, realmente nos ha dejado sólo lo que es realmente importante.En la sencillez, tenemos pocas responsabilidades. Somos mucho más libres, ¡Y todos nos hemos quejado de que realmente valoramos nuestra libertad! Dentro de la libertad de la sencillez, podemos conectarnos mucho más fácilmente a la Fuente. Nuestro tiempo es nuestro. Somos excluidos de ese mundo ocupado y ajetreado. En la sencillez, somos capaces de ver las cosas que nunca habíamos notado antes. Nuestras vidas se mueven a un espacio mucho más lento. Podemos estar presentes para otros. Podemos estar presentes para nosotros mismos.

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